Mientras que los castellanohablantes hablan y los lusófonos falan (ambos últimamente del latín fabula), los catalanohablantes, los italófonos y los francófonos parlan – del latín parabola, préstamo del griego παραβολή [parabolē] reconvertido en palabra. En tanto que parlar en castellano quiere decir 'hablar mucho y sin sustancia', hâbler en francés significa 'jactarse'.